Desde la Sociedad Andaluza de Geriatría y Gerontología, queremos mostrar nuestro más sincero agradecimiento y apoyo a todas aquellas personas que trabajan en las residencias de personas mayores y centros Sociosanitarios que día a día cuidan, apoyan y atienden a las personas mayores que viven en ellas.
Estas personas mayores son las más vulnerables ante la infección por COVID-19, por su fragilidad y patologías asociadas, acentuada por el aislamiento al que se han visto sometido estos últimos meses, como medida necesaria preventiva para frenar la expansión del virus. Los profesionales, que día a día, aportan su trabajo diario, y que además añaden dosis de humanidad intentando paliar, en la medida de lo posible, el cariño y afecto de sus familiares del que se han visto privado por las medidas sanitarias necesarias, y fomentando la intercomunicación con las nuevas tecnologías.
Estos trabajadores, que además tienen una vida familiar, se ven obligados a realizar muchos sacrificios en su vida personal, para evitar contagiarse fuera de las residencias y ser ellos los que introduzcan el virus en los centros. Pero esto no siempre es posible, este COVID-19 acecha en cualquier esquina, y cualquiera podemos ser el transmisor de forma asintomática. Cuando esto sucede, este profesional se siente responsable de una situación que no puede controlar y en pocos días desbordará a la institución. Cuando esto sucede, todos buscamos al "paciente 0", la persona que introdujo el COVID-19 en nuestro centro, olvidamos que todos podemos ser este "paciente 0", que si el residente estuviera en su casa, su familiar también podía haber sido el que le transmitiera la enfermedad.
Los profesionales del ámbito residencial tienen recursos limitados, no son pequeños hospitales, el medio residencial ha sido un medio abierto, participativo basado en mantenimiento social y ahora nos estamos viendo en la necesidad de centrarnos más en el aspecto sanitario, sin olvidar que las residencias son el hogar de estas personas mayores, donde las familias son un pilar fundamental del que no podemos prescindir.
Nuestro apoyo más rotundo a todos los profesionales de las residencias de personas mayores, que están demostrando una calidad profesional y humana digna de paragón.
No juzguemos a estos profesionales, apoyémosle y dotemos de los recursos necesarios a los centros para realicen esta magnífica labor.